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El Mando de Operaciones Especiales del Éjercito de Tierra (MOE), se encuentra en Dolores coordinando las labores de limpieza especial y desinfección que desde el municipio se están llevando a cabo. Una misión llamada Balmis, que siguiendo las normas establecidas por el Gobierno de España en el Decreto de Alarma, pretende minimizar al máximo el riesgo de contagio del COVID-19.

Minimizar al máximo el riesgo de contagio de este virus se ha constatado que es el arma más eficaz en la lucha para normalizar la situación sanitaria que está viviendo todo el país.

Es por eso, que el Portavoz Jefe del Moe, Alfonso Blas, ha destacado que » es una responsabilidad de todos y por supuesto, del Ejército de Tierra colaborar con el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con las Administraciones Públicas, para estabilizar la crisis sanitaria que tan duramente está azotando a nuestro país».

Durante todo el día, el trabajo coordinado del Mando de Operaciones Especiales, Policía Local y personal del Ayuntamiento de Dolores, ha intensificado la desinfección de lugares públicos, comercios y zonas especialmente sensibles del municipio.

El alcalde José Joaquín Hernández ha querido agradecer la presencia del Ejército de Tierra en Dolores, afirmando que » es una unidad que ya estuvo en nuestro municipio durante las inundaciones de la DANA y que lamentablemente, han tenido que volver por otra catástrofe sin precedentes que se ha desplegado por todo el mundo».

OPERACIÓN BALMIS

La misión de las Fuerzas Armadas en esta crisis sanitaria ha sido bautizada con el nombre de operación «Balmis», como homenaje a la expedición humanitaria que lideró Francisco Javier Balmis entre 1803 y 1806, un médico militar que llevó la vacuna de la viruela a los territorios del Imperio Español en América y Filipinas.

El propósito del grupo no fue otro que acabar con la mortalidad infantil que el virus estaba originando en los territorios de Ultramar. Desde su salida del Puerto de La Coruña, la tripulación inmunizó a las poblaciones de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la Isla Santa Elena. Una proeza sanitaria que el facultativo alicantino logró junto al militar catalán, José Salvany.